viernes, 13 de julio de 2012

ESE ANGEL.

En puntillas de pié atraviesa el pórtico,
vuelan pasos sobre sus alas. 
Reflejos y penumbras,
lustran la noche,  junto a su cama.

Merodean su rostro, mímicas aparcadas,
que queriendo deambular en sus ojos
penetran sus entrañas,
con arrumacos de  fábulas encantadas.

Perfecta rendondez perpetúan,
bosquejos sobre su almohada.
Prospera el gozo en su júbilo,
y remonta rondas,  entre lunas y madrugadas.

Continúa alli, velando su  permanencia gastada,
como si el tiempo detenido reposara,
Zancadas de algodón van frenando su marcha
deleitando en el hueco de su voz,  la calma.

Rocas de miel le endulzan y ríos de luz le bañan.
Bebe de las nubes y le arrastras.
Galopa sus vuelos azorados 
Y desteñido del cansancio, enjuga las lágrimas.

Continúa cubriendo mil zanjas
agasapado en el tiempo 
le guarece de las maliciosas manadas,
y entre  hechizos y vientos
surca huellas que copulan el alma.

No hay comentarios:

Publicar un comentario